jueves, 25 de marzo de 2010

Antes de Semana Santa, paso por el taller

Como todos los años, me voy a ir a la playa en Semana Santa en mi autocaravana. Y como siempre, antes de salir a la ruta, pasaré por el taller para hacer una revisión general. Una vez que me dan el ok, salgo más tranquilo.

Los mecánicos del taller revisan el motor, me hacen el cambio de aceite, chequean el estado de los neumáticos, la electrónica y la suspensión.

Obviamente, uno debe concurri a un taller especializado en autocaravanas, ya que no es lo mismo una autocaravana que un coche común.

jueves, 11 de marzo de 2010

La autocaravana, de nuevo al taller

El fin de semana le presté a mi hijo Pablo la autocaravana para hacer un viaja con amigos a la playa y el muy bestia me la devolvió con una abolladura en la trompa. Me dijo que un idiota le "frenó de golpe" y se lo llevó por delante. Ah, la bronca que me dio.

Pero bueno, paciencia... la cuestión es que tuve que llevar de nuevo mi autocaravana al taller de reparacion. Por suerte, ya conocía a la gente de SVO, que la otra vez ya lo habían reparado rápidamente y sin inconvenientes.

Allí me comentaron una linda novedad: están armando viajes organizados para autocaravanas para promover el caravanismo y fomentar la relación entre caravanistas y autocaravanistas. Yo ya me apunté para la próxima salida.

Eso sí, a Pablo no lo voy a dejar nunca más manejar la autocaravana. Tal vez se le preste a mi mujer, aunque ella tampoco maneja demasiado bien.

jueves, 4 de marzo de 2010

De viaje en furgoneta

Estuve planeando este viaje desde hacía ya mucho tiempo, y ahora que me compré la furgoneta solo queda ponerme a hacer las maletas. Daría la vuelta al país de un extremo al otro, parando donde quiera, y conocidendo todas las riquezas históricas y los diferentes paisajes, desde las montañas, al campo y al mar.

Luego de utilizar los servicios de un taller de reparacion de furgonetas me dirigí hacias las rutas. Por suerte el buen clima me acompañó durante todo el trayecto, con lo cual pude aprovechar de todo de la mejor manera, y cuando llovió, lo hizo mientras no manejaba, y tampoco es que sufrí tormentas fuertes, si no lluvias débiles.

Lo único malo es que hice andar tanto a la caravana, y por los lugares más recónditos, que a la vuelta tuve a que mandarla a un taller especializado en pintura de caravanas y autocaravanas , porque la verdad es que daba pena de como estaba rayada. Pero por suerte puedo decir que todo lo demás fueron buenas experiencias.