martes, 16 de febrero de 2010

Vacaciones en la autocaravana

Ya no lo soportaba, estuve trabajando más de un año sin respiro; pero lo hacía por una razón. Necesitaba trabajar todo ese tiempo para ganarme más días de vacaciones, e irme de viaje como siempre quise hacerlo, y por fin se me dio la oportunidad para hacerlo. Iba a ser el mejor viaje de nuestras vidas, o por lo menos hasta ahora.

Salí del trabajo como todos los días, bueno no como todos los días. Estaba bastante asnsioso por llegar a casa y hacer todos los preparativos, por lo pronto la había llevado la autocaravana a un taller especializado en caravanas y autocaravanas para que le hagan el service; no quería tener ningún problema, todos los posibles problemas tenían que estar cubiertos. Por suerte que lo hice, ya que encontraron un pequeño problema, el cual pudieron arreglar sin problemas.

Salimos al amanecer, el día estaba un poco nublado; era perfecto porque no llovía pero tampoco había un sol que me encandile ni que me haga morir de calor. El día se mantuvo así y no tardamos en llegar a nuestro destino, un camping en una zona rural. Pasamos el día allí disfrutando de la naturaleza, era una sensación la cual pensaba había olvidado: la serenidad.

Pasamos un par de días allí, para luego continuar nuestro camino. Quería recorrer lugares nuevos, y si era posible, la mayor cantidad posible. Siempre quise explorar y conocer cosas nuevas, iba a aprovechar esta oportunidad para hacerlo, ya que durante el año me es imposible; éste era el momento indicado.

Pasé mucho tiempo manejando, pero no me importaba. El hecho de estar explorando nuevos lugares hacía qu eno me moleste pasarme detrás del volante tantas horas, ya que sabía que al llegar al destino la pasaría bien. Otro de los factores que no me importó fue la lluvia, ya que llovió un par de días, pero no fue tan grave, siempre había que hacer, aunque el cielo esté que se caiga.

El trayecto de vuelta a casa fue por suerte tranquilo, sin ningún problema. Además nos pareció que la vuelta fue más corta que la ida, estabamos todos con nuestras energías recuperadas, listos para el trabajo y los quehaceres diarios. Era muy cómico ver a la autocaravana después del viaje, toda sucia y embarrada a la cual apenas llegamos, la dejé en una casa de limpieza de autocaravanas y caravanas.